
Uno de los pocos luchadores que es considerado con el status de leyenda tanto en México como en los Estados Unidos, Sudamérica y Japón es, por cierto, Mil Máscaras. En su juventud el joven Mil practicó distintos deportes, comenzando por la tauromaquía, pasando por el baseball, fisiculturismo y lucha amateur. Fue en 1955 en que, luego de presenciar una pelea entre Felipe Ham y Dorrell Dixon, se impresionó tanto que decidió convertirse en luchador profesional. Largos años de entrenamiento y de actividad amateur lo convirtieron en un insigne deportista que, en 1964, fue elegido para representar a su país en los Juegos Olímpicos de Tokyo (lamentablemente, por problemas financieros de su delegación, Mil no pudo marchar al Japón).
Ese mismo año debutó con el nombre de Ricardo Durán, iniciándose en pequeñas arenas mexicanas tuvo la idea de crear un personaje enmascarado cuyo físico fuera despampanante (aunque no quería un fisiculturista grueso que no se pudiera mover) y cuya máscara cambia con cada combate, de manera que los lectores de la revista pudieran enviar sus propios diseños. El nombre de este personaje sería Mil Máscaras y Pérez se dedicó a buscar al luchador que pudiera encarnarlo, encontrándose con este Ricardo Durán y haciéndolo debutar el 16 de Julio de 1965 en un torneo de la Arena de México. Esa noche peleó junto con Black Shadow contra René Guajardo y Karloff Lagarde (ganando, por supuesto). Dos años después Mil Máscaras obtuvo su primer título, derrotando a Espanto. En 1968 luchó por primera vez en los EE.UU., logrando un amplio éxito, cuyos ecos en el Japón milenario le llevaron a competir allá en 1971, donde derrotó a Kantaro Hoshino en Tokyo.
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